Derecho del trabajo y relaciones laborales

Derecho del trabajo y relaciones laborales

martes, 22 de julio de 2014

MERCADO DE TRABAJO Y POLÍTICAS DE EMPLEO; Por Valente Quintana

En estos tiempos tan vertiginosos, es escuchado, leído e incluso charlado por el grueso de la sociedad un problema ya muy enraizado que gira en torno de la economía global, conocido de sobremanera como desempleo, pero es el analizar y profundizar hasta cierto punto el saber de qué se trata, claro desde un punto lo suficientemente científico y social, que sobrepase el conocimiento básico y lógico, que justifique el publicar una opinión en forma de artículo, ya  que además es visto como actor en primera línea de los problemas básicos que tienden a crear estrategias, políticas y normas procurando poner algún utópico remedio para su solución.

Tanto en América como en Europa, vamos, en el mundo entero,  debido al desequilibrio económico y social que se ha manifestado con singular agudeza sobre todo en la última década se han presentado conflictos naturales del propio sistema capitalista neoliberal globalizado en que sus economías están basadas, en algunos países mayormente marcado como es el caso de México, país desde el que escribo con la intención de ser leído en zonas transfronterizas en las cuales las condiciones mucho se asemejan a las de este país, en el que se sufre de una encarnizada competencia por los puestos de trabajo existentes, ya que con gran tristeza reconozco, no por antinacionalista, sino por un principio ético de la verdad, que la economía formal no está poniendo en el mercado laboral el número de puestos de trabajo necesarios para la gran demanda de connacionales que preocupados por encontrarse al frente de un núcleo familiar terminan enrolándose en la economía informal en el mejor de los casos, y en circunstancias extremas también en el crimen organizado, que me imagino que debe de pagar bastante bien.

Ahora bien, es importante entender que a pesar de los principios humanistas de los convenios internacionales de la OIT, y de las legislaciones nacionales como es nuestro caso, mencionan en su norma en materia, que el trabajo no es sujeto de comercio, todo apunta a que este propósito solo se queda como una linda intención plasmada en papel, ya que en la cruda practica todo apunta a que como señalaba el viejo principio marxista, todos somos comerciantes, algunos comercian con productos, otros con servicios, y quien no tiene otra cosa con que comerciar, lo hará con su fuerza de trabajo, misma que alquilara al mejor postor y que desde entonces hasta la fecha se ha venido desarrollando con la capitalista ley de la oferta y demanda, misma que ha tenido sometida y ha trasformado a sus exigencias cualquier legislación en materia de regulación de relaciones de trabajo.

Desarrollando un sentido lógico que pueda explicar la función y movimiento del mercado de trabajo de manera global, y siguiendo en el mismo orden de ideas del párrafo que antecede es fácil suponer que son los grandes corporativos con operaciones multinacionales los que condicionan su inversión en determinados países de acuerdo a las necesidades y productividad que se pueda obtener de cada país, y a su vez, esta productividad estará íntimamente vinculada con la flexibilidad que pueda desprenderse de las leyes o regulaciones en materia de relaciones laborales correspondientes a cada país, lo cual quiere decir que un país que tenga una legislación laboral con menos derechos a los trabajadores, gozará de mayor flexibilidad, y resultara más atractiva la inversión de capital, ya que se presume que será mejor la relación costo-beneficio, por lo que esta inversión dará apertura a la creación de un mayor número de puestos de trabajo, lo que en resumen podríamos ajustar en la siguiente formula;

Menos derechos laborales à Mayor flexibilidad laboral= Más puestos de trabajo.

Ahora bien, además de fijar las condiciones que influyen en la competencia entre países para la captación de recursos e inversiones para la creación de empleo, es necesario también destacar las aristas que harán diferencia cuando hablemos de la competencia entre trabajadores para competir por puestos de trabajo, ya que como el título del presente artículo lo sugiere estamos analizando el mercado de trabajo de forma global, por lo cual es sencillo advertir sobre todo en los países más desarrollados económicamente, y que por lo mismo ofertan un mayor número de puestos de trabajo, estos serán competidos por trabajadores de todos los países siempre y cuando se encuentren bien preparados.

La preparación de personal calificado que pueda competir por puestos de trabajo dentro y fuera de su país de origen la podemos catalogar de dos maneras, en primer lograr refiriéndonos a capacitación y adiestramiento técnico-practico para desarrollar trabajos que no requieran de cierto nivel educativo, y por otro lado, esos empleos que si lo requieren, y en los cuales la dura competencia versara en el nivel educativo universitario con que cada país, o institución educativa prepare a sus estudiantes, armas con las cuales saldrán al mundo a competir de igual a igual estudiantes de Harvard, de la Complutense, de la UBA, de la UNAM, o de la Sorbona, por ello que los egresados universitarios busquen cada vez con mayor frecuencia realizar estudios de postgrado en universidades pertenecientes a otros países, en primer lugar por la presumible mayor calidad educativa que le fue brindada en su país, y en segundo lugar por ampliar su panorama formativo, profesional y personal de una manera global, lo cual es el mayor de los aciertos.

Ahora bien, atendiendo a una competencia global de profesionistas, y no profesionistas contendientes para un puesto de trabajo, sería de mucho beneficio estandarizar los programas educativos, para que las patentes o títulos profesionales puedan ejercerse no solo bajo la jurisdicción de un solo país, sino también de manera internacional, más o menos como lo que sucedió con el Espacio Europeo de Educación Superior, derivado de la declaración de Bolonia al homologar sus planes de estudio,  de tal manera que un título universitario sea plenamente valido en todo el espacio europeo, lo cual veo aplicable también de manera internacional que de cierta manera se buscó en el Convenio de la Haya con el tema del apostille de títulos universitarios, pero que sin embargo no ha resultado fiel a su propósito debido a los múltiples y complicados procesos burocráticos que impone cada país para el reconocimiento pleno de dichos títulos, podría tal vez empezarse este proceso por región como lo ha hecho Europa, haciendo algo similar en Latinoamérica.

Ahora bien, hemos analizado hasta el momento el comportamiento del mercado de trabajo, mercado que sobrepasa cualquier intento de control nacional o internacional, y hace parecer cualquier ley laboral nacional, o norma internacional de trabajo de la OIT tan solo una carta de buenas intenciones, por lo que como vemos se viene desarrollando la economía globalizada, es necesario que las naciones actualicen constantemente sus legislaciones en materia de empleo acorde a las características del mercado, y no solo las legislaciones, sino también las políticas laborales trazadas por cada país, que estén directamente relacionadas con la normatividad en materia de trabajo, ambas alineadas a la dinámica del mercado laboral, no tanto por que creamos que es lo mejor desde un punto de vista humanitario, o de justicia social, sino porque así se presenta su funcionamiento, y es preferible esto, a tener un país de trabajadores con pocos derechos a un país sin puestos de trabajo, ya que no serviría de nada la consagración de los mayores derechos laborales en un país sin empleo.

Viendo el panorama económico anteriormente descrito, y que tal vez, para muchos  en la trinchera de los asalariados pueda resultar poco alentador el análisis que nos ocupa, hasta el momento no hemos tocado las obligaciones que tiene el estado para con sus ciudadanos, y nacionales, que en este caso considero oportuno tocar el tema de las políticas de empleo y sociales que debe de tener el estado como tarea principal, y que en mi país son sistemáticamente soslayadas, considerando que bastaría con una reforma a nuestra Ley Federal del Trabajo, reforma que me parece más ha tomado la forma de un parche mal pegado, y con la que se vendió a mis connacionales estallaría un mágico mercado de trabajo lleno de esperanza, tristemente como era predecible por los especialistas, no impulso ni en su mínima expresión el mercado laboral, ya que hasta el momento no ha venido acompañado de las políticas laborales respectivas, como un seguro de desempleo, capacitación para el trabajo por parte del estado, planes de retiro y jubilación, un buen sistema de salud, e incluso mejores y actualizados sistemas educativos, ya que en este país, las obligaciones mínimas de bienestar social que debe brindar el estado, se encuentran  privatizadas y es alto el precio que hay que pagar por ellas.

Como vemos aún falta corregir varias fallas en el caso de México, y así seguramente también en el caso de muchos países hermanos con circunstancias económico, político y sociales similares a las nuestras, pero además de corregir estas fallas hay que trazar el camino que se ha de seguir para lograr en principio por zonas, dar una apertura de cooperación internacional a través de tratados para lograr la apertura del mercado de trabajo, Europa fue pionera de este modelo, y creo que Latinoamérica como conjunto tiene las condiciones necesarias para explorar este camino de cooperación y fortalecimiento de un mercado de trabajo regional resumiendo en otra formula el correcto actuar de los estados de la siguiente manera.

Dinámica del mercado de trabajoàLegislación laboralàPolíticas de empleo= Inversión y creación de empleos.

 

Valente Quintana

Catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad Intercontinental, Licenciado en Derecho por la Universidad Tecnológica de México, cuenta con estudios de Postgrado en Derecho del trabajo por la Universidad de Castilla La Mancha, España, así como de Derecho procesal del trabajo por la Facultad de derecho de la UNAM, es Consultor para diversas empresas bajo su propia firma www.valentequintana.com.com, y articulista de temas laborales para diversas publicaciones.

lunes, 14 de julio de 2014

DERECHO DEL TRABAJO, DE LO SOCIAL A LO ECONÓMICO; Por Valente Quintana


Este artículo de opinión tiene como propósito hacer un análisis reflexivo acerca del presente del derecho del trabajo, así como de intentar proyectar su futuro a mediano plazo, por lo que al adentrarse en el presente texto sugiero no solo aterrizar el derecho del trabajo en un contexto nacional, sino hacer el ejercicio permanente de vislumbrarlo en un marco global, esto debido a que como es de todos bien conocido, el mercado de trabajo está dentro de una competencia plurinacional.

En primer lugar, tal como nuestro título lo sugiere necesitamos entender la división del derecho positivo, tradicionalmente catalogado como derecho público, y derecho privado, división en la cual se encuentra ya como una tercera vertiente plenamente aceptada el derecho social, vertiente que tiene como objetivo principal el corregir las desigualdades que existen entre las clases sociales, por lo cual situaremos bajo esta división ramas jurídicas como el derecho del trabajo, derecho a la seguridad social, el derecho agrario, o el derecho a la no discriminación, entre otras, sin embargo a la que nos ocuparemos en esta ocasión será al derecho del trabajo y a intentar explicar el rol que corre esta rama jurídica bajo un contexto jurídico social.

Desde mi particular punto de vista es el derecho del trabajo la rama jurídica por la cual la doctrina comienza a hablar de un derecho social, ya que la naturaleza o propósito del derecho del trabajo es el perseguir un equilibrio entre los factores de producción como lo son el capital y el trabajo, esto ante la notoria desventaja de los trabajadores quienes se encontraban continuamente bajo excesivas o precarias condiciones de laborales sometidos a un constante abuso por parte del patrón.

Debido a los abusos a los que nos referimos  se empiezan a contemplar ciertas prerrogativas a favor del trabajador, mismas que se consagrarían posteriormente como derechos o conquistas laborales, como es el caso de una jornada máxima legal de ocho horas de trabajo, mejores condiciones de seguridad e higiene en los centros de trabajo, derecho a la capacitación, y posteriormente a vacaciones, aguinaldo, y sobre todo derecho a luchar como sindicatos de trabajadores por sus derechos laborales, que en su momento era una actitud considerada por algunas legislaciones incluso como delito.

Ahora bien, como vemos el derecho del trabajo es considerado parte del derecho social, toda vez que su propósito es buscar ese equilibrio entre clases sociales, y brindar protección a las clases desfavorecidas ante el abusos capitalista, sin embargo, no podemos olvidar el efecto económico que tendrá también el derecho del trabajo, ya que como es sencillo precipitar, el trabajo protegido tendrá sus consecuencias en la producción industrial, consecuencia que bien podría ser positiva o negativa según los ojos que la analicen, ya sea desde un punto social, o desde un punto económico.

El derecho del trabajo sin embargo no ha transitado por los años sin sufrir sus consecuencias evolutivas lógicas, ya que habría que pensar en el momento histórico de la revolución industrial cuando comienzan a vislumbrarse los principios del derecho del trabajo, y analizar los cambios en los procesos de producción que hemos tenido a través de los años, procesos que implican una modificación lógica y paulatina a la normatividad en las relaciones de trabajo, ya que por ejemplo, el formato de nuestra legislación vigente, sigue atendiendo a un sistema de producción de principios del siglo XX caracterizado por la producción en serie de forma masiva, sistema impulsado por Henry Ford para la fabricación de automóviles conocido como Fordsismo, el cual la gran mayoría de la industria comenzaría a  implementar en sus procesos de producción, sin embargo este sistema a través del tiempo ha sido más que superado.

Posteriormente al Fordsismo y también en la industria automotriz como pionera nace un nuevo sistema de producción japonés conocido como Toyotismo, el cual consistiría ya no en producir en serie y almacenar para ser vendido, sino al contrario en producir hasta que tuvieran las órdenes de compra, lo cual reduciría costos de almacenaje y tendría como principal característica la eficiencia, así como la eficacia, para lograr altos estándares de calidad, tanto como en el producto, así como en el servicio para la venta del producto, teniendo como cualidad la entrega en tiempo y forma, para lo cual, este sistema de producción requería trabajadores que pudieran desarrollar varias tareas en el momento que se necesitaran, y por el tiempo que se les necesitara, lo cual nos lleva a la necesidad de flexibilizar las relaciones de trabajo para encontrar una alta productividad, lo cual muchas veces encuentra como contraposición a los derechos del trabajador, que si bien en su momento eran necesarios por el constante abuso y deplorables condiciones de trabajo, a partir de los años 70s comenzaron a considerarse un contrapeso a la productividad.

Este proceso evolutivo lo que nos hace meditar es hacia dónde va el derecho del trabajo, en México, país desde donde escribo, y donde tengo planeado saldrá publicada esta opinión, no hace mucho se modificaron algunos preceptos de su legislación en materia de trabajo, con lo que se buscó flexibilizar un poco las relaciones laborales, sobre todo con la creación de nuevas figuras contractuales, pero que si analizamos con precisión, descubriremos tristemente que no son una auténtica novedad, o no serán de una gran utilidad para la mayor creación de empleo, lo cual nos dará material para un posterior artículo.

Actualmente la tendencia internacional, gira en el sentido de ya no proteger como tal al trabajador, sino de cuidar e incentivar  la creación de puestos de trabajo, así como de personal más calificado y capacitado, que se pueda ocupar de los mismos, en lo personal no me simpatiza que deje de ser punto principal del derecho del trabajo la protección del trabajador, pero la competencia económica es desarrollada globalmente y necesitamos tener una legislación laboral que invite a la productividad para resultar más atractiva a la inversión, tanto nacional como extranjera, es necesario este cambio en el sentido que sin puestos de trabajo, tampoco habrá trabajadores a los cuales proteger.

Considero importante olvidarnos de viejas lisonjas a las conquistas laborales, y establecer una nueva legislación acorde a una competencia económica global, que contemple los mínimos parámetros de respeto a los derechos humanos del trabajador, así como al desarrollo de la familia, pero enfocada a una mayor productividad por medio de la flexibilidad laboral, así como incorporar nuevos conceptos, como el de flexiseguridad, teletrabajo, o trabajo autónomo, de la mano del impulso de políticas laborales y de seguridad social que permitan implementar eficazmente estos modelos que al parecer en Europa se encuentran en dando buenos resultados, y que considero que con su debida tropicalización, podrían implementarse con éxito en nuestro país.

Es interesante ver como la ley de la oferta y la demanda que caracteriza el capitalismo  global que vivimos, ha provocado que le legislación laboral en la gran mayoría de países, haya sufrido un cambio estructural dejando a un lado su aspecto social y atendiendo por completo a un aspecto económico, fenómeno que se ha hecho necesario atendiendo a una mayor productividad y a un mayor atractivo de inversión para la creación de empleo, factores sin los cuales es imposible la creación de puestos de trabajo, lo cual nos lleva a la simple lógica y realidad de que sin puestos de trabajo, no habrá trabajadores que proteja el derecho laboral, por lo cual esta rama jurídica ha tenido también que evolucionar para no extinguirse.

 


Valente Quintana Pineda

Catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad Intercontinental, Licenciado en Derecho por la Universidad Tecnológica de México, cuenta con estudios de Postgrado en Derecho del trabajo por la Universidad de Castilla La Mancha, España, así como de Derecho procesal del trabajo por la Facultad de derecho de la UNAM, es Consultor para diversas empresas bajo su propia firma www.valentequintana.com.com, y articulista de temas laborales para diversas publicaciones.

 

 

 

viernes, 27 de junio de 2014

POLÍTICAS SOCIALES PARA UN INSUFICIENTE MERCADO DE TRABAJO; Por Valente Quintana


 
Es innegable la gran problemática global del siglo XXI que implica el desempleo,  fenómeno generalizado alrededor del mundo , pero como bien sabemos, o al menos imaginamos es de mayor acentuación en ciertas zonas caracterizadas por economías emergentes, como bien pueden ser ejemplos de estas zonas, Asía, África, América Latina, o las zonas mediterráneas o Ibéricas de Europa, en las cuales su población cuenta con graves circunstancias debido a la falta de  empleo, así mismo son inmersas por  la misma carencia de empleos formales en los llamados subempleos propios de la economía informal, pero; ¿Cuál es el motivo de estas circunstancia?, ¿Es un fenómeno realmente complejo de someter a análisis?. Yo considero que no lo es.

Desde el punto de vista del sistema económico que tenemos y que caracteriza a nuestra generación, y a muchas precedentes, que es el capitalismo neoliberal globalizado, vámos, desde el simple capitalismo desde su forma más burda, el principio de libre mercado, o la ley de la oferta y la demanda, comienzan y se basan en el “hacer más con menos”, aterrizándolo de una manera práctica al tema que nos ocupa, podemos traducirlo en desarrollar una mayor producción de bienes o servicios con la cantidad mínima requerida de factor humano, y esta práctica viene desarrollándose sistemáticamente atreves de la historia moderna, basta con remontarnos a mediados del siglo XXVIII y principios del siglo XIX, con la revolución industrial, y los abusos y desventajas que trajo a los trabajadores de la época, al ser desplazados de sus tareas por maquinaria moderna, y no requerir de tanta especialización, razones que abarataron la mano de obra y provocaron una encarnizada competencia laboral, por colocarse en los cada vez menores puestos de trabajo.

Fue justo la revolución industrial la fuente de provocación para analizar otros sistemas económicos, que a la postre desaparecerían casi en su totalidad, como el socialismo y el comunismo originados por grandes pensadores de la época, como Marx o Engels, que se dieron cuenta de primera mano de los problemas que enfrentaba la sociedad con el sistema capitalista a raíz de la revolución industrial, sin embargo a esos problemas nunca se les encontró el antídoto para reducir los efectos negativos, sino muy al contrario se han venido acentuando con el paso del tiempo, ya que solo a ciertas esferas  les beneficia este sistema, por lo que a lo largo del tiempo lo hemos adoptado como un sistema coasi-natural del deber ser o status quo.

Lo hasta ahora narrado en este artículo, que cabe señalar con el riesgo en caer en lo evidente que se trata de un artículo de opinión, deberá de ser contrarrestado con otra singularidad sobre todo de estas zonas como desde la que escribo, Latinoamérica, que es la falta de planeación social de la natalidad, porque aunque bien pueda pensarse en que son circunstancias diversas, considero seriamente que el desempleo también tiene una corresponsalía natural con la planeación de la natalidad de una zona, y no hablo de crear norma como es el caso de China acerca de este derecho natural que tienen las personas de procreación, sino creo firmemente que podría ser una tarea de política social concientizar a la sociedad acerca de la corresponsabilidad que tiene la natalidad con el desempleo, esto para llevar a cabo una planeación acerca de si traeremos más seres humanos al mundo, o cuantos sería prudente traer, ya que volviendo al punto de nuestro párrafo anterior, la tendencia de la humanidad es de sumar habitantes, sin embargo la tendencia de la economía es de restar puestos de trabajo, y repito, no es un accidente o un error este fenómeno, sino es la propia naturaleza del sistema económico adoptado, en mi opinión, y como simple sugerencia no creo que sea prudente traer más de dos habitantes al mundo, y eso pensando estrictamente en compensar la futura perdida de los padres, tal vez pensando en dejar dos recursos humanos, para suplir dos recursos humanos, y eso viéndome benevolente, ya que si actualmente tenemos un problema de una gran población, sería mejor aún tener solo un hijo con el afán de reducir paulatinamente la población en búsqueda de un equilibrio.

Otro punto que debemos de analizar, y es bastante notorio en mi país, México, es que contamos con un aparatoso superávit de profesionistas, pero profesionistas provenientes de Universidades privadas con los más bajos niveles de calidad educativa, ya que las autoridades educativas han facilitado de sobremanera los requisitos para impartir carreras universitarias, por programas sumamente cortos y flexibles, y ante un entorno económicamente global, es preocupante e indispensable el tomar conciencia acerca de que estos profesionistas poco preparados y de bajo nivel van a encontrar una competencia ya no de un solo país, sino de todo el mundo, lo que en automático los ubicara en desventaja, si seguimos sin ofrecerles una educación de verdadera calidad, por lo que no es raro encontrarnos a jóvenes profesionistas ejerciendo trabajos ajenos o poco relacionados con los estudios que pueden acreditar.

Como siguiente punto y sin salirnos del tópico demográfico, es importante también analizar una causa derivada de los avances de la medicina, y esto se refiere a que el nivel de vida de la población es cada vez mayor, y lo preocupante no es esto, sino que las políticas sociales de economías emergentes, es la mayoría de veces insuficiente para proporcionar planes de pensión por vejez o viudez, provocando que los adultos mayores no busquen una jubilación, por no poder sustentar sus necesidades básicas con las insuficientes pensiones asignadas, y por lo tanto no vislumbrar una vejez digna, por lo que los adultos mayores se ven obligados a seguir inmersos en la vida laboral, congestionando de esta manera la vía natural y progresiva que debe de tener un sano mercado de trabajo.

Por si fuera poco, habría que analizar otro fenómeno más ya tocado tal vez en artículos anteriores de mi autoría, por lo que no profundizare demasiado en él, pero si se hace necesario recordar que el empleo en su 85% se encuentra generado por la pequeña y mediana empresa, a la que no se le dan los estímulos suficientes para que se considere atractivo para los posibles inversionistas arriesgar su capital y crear con esto un mayor número de empleos, lo cual siempre resulta bastante intrépido para quienes deciden arriesgar y fomentar la economía del país, teniendo que sortear el complejo zigzageo legal por lo menos en lo referente  a las legislaciones laborales, de seguridad social y tributaria, riesgo que resulta bastante desalentador para quien ponga a producir sus ahorros.

Por todo lo narrado anteriormente,  efectos y circunstancias que se encuentran a la vista y entendimiento de todos, considero que un medio para buscar un equilibrio económico y sanear paulatinamente el mercado de trabajo, es que se tomen políticas y campañas de concientización acerca de la procreación, no basta con tener los medios para darles sustento y manutención a determinado número de hijos, ya que tarde o temprano esos hijos se encontraran frente a frente con el mercado de trabajo, que el día de hoy nos ha demostrado que no es suficiente para todos.

 

 

 

Lic. Valente Quintana Pineda

Profesor de derecho del trabajo en la Universidad Intercontinental, licenciado en Derecho con estudios de Postgrado en Derecho del trabajo por la Universidad de Castilla La Mancha, España, así como de Derecho procesal del trabajo por la Facultad de derecho de la UNAM, www.valentequintana.com

miércoles, 21 de mayo de 2014

¿QUE VALOR TIENE LA EXPERIENCIA VS LAS COMPETENCIAS? Por Faisal Nasief

 “La manera de actuar define a las personas y muchas veces no podemos documentar esas actitudes para que los demás las noten a futuro.  ¿Cómo documentarias tu actitud en un CV? Se puede decir que tenemos liderazgo, integridad, toma de decisión, tenacidad, etc. pero el solo hecho de que venga en el CV, no lo hace real. Y a la hora de entrevistar que tan minucioso se es en estos temas?”

Para Spencer y Spencer son características subyacentes de un individuo, que están causalmente relacionadas con un rendimiento efectivo o superior en una situación o trabajo. Benavides  define las competencias como los comportamientos manifiestos en el desempeño laboral que le permiten a una persona actuar eficazmente. Un error muy común en los procesos de reclutamiento es solamente darle importancia  a la experiencia,  dejándose llevar por la idea de que el candidato que tiene más años de experiencia en una área, industria o sector específico; será el candidato más adecuado para cubrir el puesto. Es importante  hacer notar que los años de experiencia que uno va adquiriendo son la acumulación de conocimientos, procesos y contactos. Aunque no lo crean esta última palabra pasa muy desapercibida en las entrevistas y muchas ocasiones para el desarrollo de algunos puestos (ventas, licitaciones, puestos que tenga relación con instituciones de gobierno, etc.) son de gran utilidad, pues al ya tener relaciones desarrolladas, estos facilitan y/o agilizan algunos  procesos.

SI LO ANALIZAMOS UN POCO; LA PERSONA QUE SUPO DESARROLLAR ESOS CONTACTOS DURANTE SU EXPERIENCIA LABORAL, LO LOGRO EMPLEANDO SUS HABILIDADES/APTITUDES, Y NO SOLAMENTE POR LOS AÑOS QUE ESTUVO EN EL PUESTO. A los expertos en reclutamiento no les quita el sueño la experiencia que tenga el candidato, ya que prefieren enfocarse más en las competencias, pues éstas se basan en una serie de características que están relacionadas al desempeño superior en un puesto de trabajo; y así como los conocimientos, las habilidades y la experiencia son importantes, existen también otras características como los rasgos, motivos, aptitudes que si bien son difíciles de detectar son también necesarias para lograr dicho desempeño.

La experiencia por si no nos va a decir si el  candidato tiene liderazgo, capacidad para analizar, pasión, perseverancia, toma decisión, integridad,  tenacidad;  y en  la mayoría de los casos, estos son los factores que realmente generan un valor agregado al candidato y por consecuencia a la organización. El simple hecho de tener una experiencia de determinados años no es garantía de que el candidato realmente sepa cómo llevar a cabo las responsabilidades y tareas del día a día. Al final del día  como organización lo que nos importa es tener un  colaborador que pueda desarrollar el puesto  por arriba de lo esperado, y esto no se puede encontrar solamente en experiencia, más bien tendría que venir muy de la mano de las competencias.

En un currículum la experiencia nos dice dónde, cuándo y cuánto tiempo permaneció el candidato  en un trabajo, pero no nos dicen cómo se desempeñó, cuáles fueron las características más importantes que desarrollo o implemento en el trabajo. El reclutamiento por competencias, debe ser un proceso estratégico de R.H. establecido por la organización. Las competencias deben ser determinadas de acuerdo a la filosofía/misión de la empresa y a los resultados que se buscan por cada puesto. 

Existen varias maneras de detectar las competencias, especialmente en las entrevistas profundas o los ASSESSMENT CENTERS, en ambos casos lo que se busca es por medio de diferentes técnicas ( Rol Playing, In Basket, Business Games, Método del Caso, Ejercicios de Representación) detectar de que manera actúa el candidato y determinar si tiene los elementos que se necesitan para el puesto/empresa. Vale mucho la pena analizar si los procesos de reclutamiento y selección "tradicionales" aplicados, están dando los resultados que buscamos, si no fuera así, buscar otras posibilidades, como el reclutar por competencias.

"Attitude is a little thing that makes a big difference".
 "La actitud es una pequeña cosa que hace una gran diferencia".                       
  Sir. Winston Churchill

 

Faisal Nasief

www.estrategiamyo.com.mx

 

 

 

martes, 1 de abril de 2014

SEGURO DE DESEMPLEO, LA POLÉMICA

Son varias las opiniones que se escuchan en los medios de comunicación recientemente acerca del seguro de desempleo, sobre todo por la procedencia de los fondos para llenar las arcas que se destinaran a apoyar a los trabajadores que pierdan su empleo, ya que si bien en principio de cuenta suena a que por fin el gobierno federal tiene un proyecto que pudiera presentarse como una excelente política social,  sin embargo el problema radica en que este seguro de desempleo provendrá de las mismas cuotas que los trabajadores  actualmente realizan por concepto de fondo para la vivienda, y que desde luego actualmente coticen al IMSS, lo que por supuesto nos enfrenta a la notoria realidad de que este seguro solo será para el sector obrero que se encuentre dentro de la economía formal,¿Esto que quiere decir?, Pues bueno, que en primera cuenta este seguro protege a los empleados, no a los desempleados, y que esta protección es en si bastante relativa, por que son los propios trabajadores, los que financian estos seguros con una parte el 40 % de lo que hoy se aporta al fondo de vivienda.

Como vemos en principio, escuchar la idea de un seguro de desempleo nos hace pensar que por fin el gobierno federal esta tomando un camino influenciado por una conciencia social, al analizar de donde provienen los fondos, hacen que una muy buena idea aterrice en otra mala ejecución de la misma.

El seguro de desempleo no es una figura para nada novedosa, sino todo lo contrario, basta con voltear a ver países de características económicas similares a las nuestras, por ejemplo Argentina, o Chile, que si bien son países en vía de desarrollo como México, es notorio que tienen una conciencia y política social mas desarrollada que la nuestra, influenciada sin lugar a dudas por el modelo social europeo, modelo al que se le ha culpado en gran parte de la crisis económica europea, pero que nadie puede negar que el nivel de vida promedio per capita es considerablemente mas elevado que del que gozamos en este país.

Luego entonces, la pregunta del millón, es ¿Cómo hacen estos países para financiar verdaderos seguros de desempleo?, Y no hablo de comparaciones con países como Francia, Inglaterra o Alemania, que desde luego tienen y han tenido una economía bastante sólida en relación con México, sino regreso a los países sudamericanos anteriormente citados, o países europeos como España e Italia, en los cuales la economía tambalea cada tanto, pero que sin embargo son verdaderos ejemplos en cuanto a políticas sociales se refiere, claro, no pensemos en sus políticas económicas emergentes, sino en sus políticas sociales y laborales bajo un contexto histórico, entre ellas los seguros de desempleo, acordes a un tipo de modelo social europeo del tipo mediterráneo.

Pues bueno, no es un gran secreto o un truco de magia la procedencia de los recursos con que fondean los seguros de desempleo en los países anteriormente citados,  estos recursos son inyectados directamente por los estados como parte de un presupuesto federal, o de un presupuesto provincial, según sea cada caso determinado, el cual desde luego viene de la tributación de cada administración, muchas veces directamente por asignación, u otras tantas como aportaciones patronales, lo que nos hace pensar casi de inmediato en si en nuestro país los patrones estarían dispuestos en pagar un incremento tributario para cubrir el presupuesto para estos seguros de desempleo.

Pese a lo que usted estimado lector habrá pensado inmediatamente, como respuesta al cuestionamiento planteado en el párrafo que nos antecede, he de responderle tal vez para su sorpresa que yo si creo, o veo viable que el sector patronal reúna los fondos para cubrir un presupuesto para financiar este seguro, claro, no solo por su bondad y altruismo, a fin de cuentas son empresarios, sino habrá que establecer alguna política o norma que aliente a estos hombres de negocios a contribuir con este fondo bajo la figura del pago de un impuesto.

Bajo el esquema mencionado, y considerando que el seguro de desempleo se regule de manera productiva y sistemática, el mejor estimulo que se le podría proporcionar al sector empresarial es el abaratamiento del despido. Actualmente el costo del despido es un tema que merma la productividad al interior de las empresas, es un obstáculo para que la economía nacional sea más productiva, luego entonces, si abaratamos el despido, o mejor aun anuláramos el costo del despido, las empresas solo contarían con la mano de obra más calificada, y no solo eso, sino dar más apertura a la flexibilidad laboral, luego entonces, atraer mayor inversión nacional y extranjera, crear mayores fuentes de empleo, claro, ya no existiría la indemnización de tres meses de salario por despido injustificado, pero si el pago de un impuesto adicional para fondear los recursos del seguro de desempleo, así mismo, ya no tendría un motivo, o  una razón el pago de una indemnización si precisamente contáramos con un seguro de desempleo.

Ahora bien, sería importante también establecer la regulación adecuada para que este seguro de desempleo no se convierta en un abuso por parte de los desocupados, habría que fijarle una determinada temporalidad derivada del calculo del promedio de meses en que un trabajador puede volverse a ubicar en un puesto de trabajo, y por su parte el estado debería de hacer su papel  rector diseñando políticas de trabajo y capacitación, en las cuales se les prepare o en su caso se les actualice a los desocupados en cuestiones técnicas u oficios, de tal manera que la población de este país sea una población empleable, y útil para ocupar puestos de trabajo y desarrollar tareas al interior de las diferentes tipos de industrias.

Como vemos el seguro de desempleo no es una medida que deba tomarse a la ligera, ni el desarrollo de las políticas laborales del país sea algo que deba de realizarse al “Ahí se va”, como medida es buena, pero es importante que deba rediseñarse la planeación relacionada con este seguro, considero que a esta altura de la lectura de este artículo estará pensando que peca de utópica la propuesta que aquí planteo, sin embargo considero que nuestro país cuenta con los elementos necesarios para desarrollar la estrategia del seguro de desempleo de una manera ordenada y sobre todo sustentable, que mejore las condiciones de bienestar social de una población que sufre día a día la condición del desempleo, y a su vez puede beneficiar al mejoramiento de la economía e incremento de la productividad de las empresas de nuestro país, y por añadidura al incremento de nuevos puestos de trabajo con una mayor inversión nacional y extranjera, ya que considero que de una manera ordenada y con la concertación social necesaria, pueden llegar a un acuerdo las cámaras empresariales y los sindicatos por el bienestar de este país y su economía que nos beneficiaría a todos.




Lic. Valente Quintana Pineda
Especialista en Derecho del trabajo
y relaciones laborales.

Catedrático de la carrera de derecho de la Universidad Intercontinental, Licenciado en Derecho por la Universidad Tecnológica de México, cuenta con estudios de Postgrado en Derecho del trabajo por la Universidad de Castilla La Mancha, España, así como de Derecho procesal del trabajo por la Facultad de derecho de la UNAM, Consultor en relaciones laborales bajo su propia firma www.valentequintana.com, así como Editor de factorlaboral.blogspot.com, y articulista de temas laborales para diversas publicaciones.



miércoles, 5 de febrero de 2014

RELACIONES LABORALES, EN MANOS DE VERDADEROS ESPECIALISTAS; Por Valente Quintana




Esta vez he decidido escribir de un tema que me ha llamado de particular manera la atención y he observado en mi país, así como en otros de caracterizticas similares,  tanto en grandes corporativos así como en pequeñas y medianas empresas, y es el manejo de las relaciones laborales al interior de estas, así como el perfil del responsable que esta bajo su responsabilidad esta área.

Es común observar que en las empresas encontremos al frente de la gerencia o coordinación de relaciones laborales, a contadores públicos, administradores de empresas, psicólogos, o incluso ingenieros industriales, las empresas buscan ese perfil regularmente, y son pocas las que de acertada manera ponen al frente de esta área a un abogado, quien por razones que enseguida analizaremos es el profesional que cuenta con un perfil idóneo para dirigir las relaciones con los trabajadores.

Existe la licenciatura en relaciones laborales en diversas universidades de distintos países, pero en el caso de mi país, México, creo que si acaso una sola universidad ofrece tal carrera, sin embargo considero que quien tenga a cargo esta responsabilidad como primer lugar deberá de ser un verdadero experto en derecho del trabajo, ya que de ahí parte la regulación con que deberán de ejercerse las relaciones con los trabajadores, así como un excelente negociador, y conciliador, claro, características propias del abogado.

En primer lugar creo recomendable saber distinguir entre un profesional especialista en recursos humanos, y un especialista en relaciones laborales, ya que el primero será quien administre a los trabajadores como recursos con los que cuenta la empresa, al igual que los recursos financieros, o recursos materiales, y cuyas funciones básicas serán la de reclutamiento, selección, y administración de la nomina del personal de una empresa, y en ocasiones la capacitación, ojala fuera en todas, como vemos un administrador o contador pueden ser útiles para esta función, pero por otro lado el tema de las relaciones laborales, comprende las estrategias de contratación conforme a la legislación vigente, la negociación de la terminación de la relaciones de trabajo de forma individual, o las negociaciones sindicales por lo que hace a las relaciones colectivas, debe idear estrategias para la prevención de contingencias laborales, así como encontrar las soluciones de las contingencias que se presenten.

Como vemos el especialista en relaciones laborales tiene como responsabilidades, si no de mayor importancia, si las de mayor delicadeza, y es muy común encontrar con empresas que tienen al frente de estas responsabilidades a un ejecutivo sin las facultades necesarias, o sin la pericia necesaria para la encomienda redactando contratos de trabajo, o elaborando actas administrativas a diestra y siniestra, sin saber en realidad el propósito ni del primero ni de las segundas, desde luego cuando ante alguna contingencia laboral necesitamos echar mano a la documentación que tenemos del trabajador, nos encontramos con documentación que no cuenta ni por lo menos con los mínimos legales establecidos por la normativa en materia, claro un contador o un administrador no conocen la legislación laboral, y si llegaran a conocerla no tienen desarrollado el sentido de estrategia jurídica que tiene el abogado con el cual buscara flexibilizar y optimizar el trabajo de cada  recurso humano para beneficio de la empresa.

Palabras más palabras menos, considero que lo más importante es entender que todas las funciones del área de relaciones laborales provienen y se basan en su mayoría, si no en su totalidad, en la normativa de materia laboral que cada país, luego entonces, pensemos en una empresa multinacional que tiene planta de producción en México, y en Chile, no puede establecer la misma política laboral para sus dos plantas, sino se tendrá que adecuar a las normas de cada nación.

Por lo tanto el mejor consejo que le puedo dar a un empresario, sería dejar en manos de un experto en derecho del trabajo el departamento de relaciones laborales, y de preferencia, y en la medida de lo posible que sea la misma persona la que se encargue de los contratos de trabajo, actas administrativas,  reglamento interior de trabajo, negociaciones con el sindicato, y  bajas de los trabajadores, que la persona que el día de mañana se pare ante los tribunales de trabajo representando a la empresa, con la seguridad de que los medios de defensa y pruebas fueron elaboradas por el mismo pensando justo en este momento.

Finalmente considero que lo más importante en un especialista en relaciones laborales es contar con la capacidad de plantear estrategias y trazar políticas que ayuden a la empresa a sacar el mayor provecho de sus trabajadores sin salir del marco legal, pero no solo eso, tiene que tener cierta sensibilidad para poder captar y fomentar un buen clima laboral dentro del centro de trabajo, debe de saber detectar oportunamente las inquietudes de los trabajadores y utilizarlas como herramientas para futuras negociaciones, o para mejorar la calidad del trabajo prestado, así como ser un excelente mediador, y conciliador para las relaciones que tendrá constantemente con el sindicato, como también fomentar constantemente buenas relaciones con las autoridades de trabajo.

Por todo lo anterior encuentro que es importante saber y definir las tareas del ejecutivo encargado de las relaciones de trabajo, y no poner al frente a un generalista que no comprende aún lo delicado del área, pensando en que un conflicto laboral individual o colectivo mal manejado podría terminar con los recursos económicos de cualquier empresa, cerrando de esta manera una fuente de empleo.









Lic. Valente Quintana Pineda
Especialista en Derecho del trabajo
y relaciones laborales.

Licenciado en Derecho por la Universidad Tecnológica de México, cuenta con estudios de Postgrado en Derecho del trabajo por la Universidad de Castilla La Mancha, España, así como de Derecho procesal del trabajo por la Facultad de derecho de la UNAM, además cuenta con estudios en Derecho comparado del trabajo por ADAPT, el Centro de Estudios Internacionales Marco Biagi de la Universidad de Modena  y Reggio Emilia y el IIJ UNAM, y estudios en Organización Internacional del Trabajo por la Asociación de Naciones Unidas de Venezuela, Director de la Asociación Latinoamericana de Protección al Trabajo A.C., Editor de factorlaboral.blogspot.com, y articulista de temas laborales para diversas publicaciones.






martes, 28 de enero de 2014

EN BUSQUEDA DE UN VERDADERO MODELO SOCIAL ; Por Valente Quintana

EN BUSQUEDA DE UN VERDADERO MODELO SOCIAL ; Por Valente Quintana

Después de una determinada ausencia vuelvo a tomar las letras como único medio legitimo de manifestación para hacer ver algunos puntos de vista que me preocupan acerca del mercado de trabajo y de las políticas sociales que nos atañen, sobre todo en países como México, mismo del que les escribo con algunas reflexiones que últimamente me hacen más sentido en un contexto globalizado y caracterizado en primera cuenta por una general precarización del derecho social.

La preocupación que considero principal es la inexistencia de un contrato social universal en México, ya que si bien se cuenta con un par de institutos encargados de brindar esta seguridad, ambos dan esta seguridad no a una totalidad de la población, si no solo a quien se encuentra legalmente dentro del mercado de trabajo, por una parte dentro del sector publico, y por otra parte dentro del sector privado, dejando esta circunstancia a un alto porcentaje de la población en la incertidumbre en cuanto a protección social.

Ahora bien, ya considerando que no existe una seguridad social generalizada entre la totalidad de la población, debemos mencionar con pena que los servicios de seguridad social que brinda el estado a los trabajadores formales es de una calidad notoriamente deficiente, por la carencia de recursos, por la mala inversión de los mismos, así como por un pasivo social insostenible, mismo por el cual hace casi ya un par de décadas decidieron dejarle el tema de los fondos de jubilación en manos de entidades privadas, delegando esta responsabilidad de estado en las manos de entidades financieras.

Esto tal vez les parezca razonable, aceptable o nada nuevo, estamos acostumbrados como mexicanos a realmente no contar con el estado en materia de previsión social, o contar con el muy ligeramente, es cierto que tal vez piensen que existen servicios de salud popular de creación mas o menos reciente, o la posibilidad de pagar una inscripción voluntaria al sistema de seguridad social, es cierto, pero analicemos su calidad, su poca efectividad y mala organización, los servicios de salud de calidad son para quien pueden pagarlos, los deficientes son para los trabajadores formales, y quien no se encuadre dentro de estos sectores se encontraran en la nada del bienestar social.

Conviene recordar como fue que nos situamos en esta posición que para mi gusto tiene como principal motivo una influencia altamente marcada por el neoliberalismo americano, donde el estado solo marca los mínimos y flexibles referentes económicos dejando al libre arbitrio de la oferta y la demanda todo, en este caso hasta la seguridad social y servicios de salud, en México tenemos grandes corporativos encargados al servicio medico, así como dedicados a la administración de fondos de pensión, por lo que resulta sencillo entender el por que no sería bueno contar con eficientes servicios de salud por parte del estado.

Para entender un poco mejor nuestro contexto actual, vale la pena remontarnos al fin de la segunda guerra mundial, cuando el mundo se divide entre las dos grandes potencias del momento, una capitalista y otra socialista, y que debido al momento oportuno de su intervención, ayudo económicamente a la recuperación de Europa, y esta más que ayuda,  la consideraría como la mejor inversión que pudo haber hecho Estados Unidos en ese momento, pero al punto, son dos las potencias mundiales del momento, una de ellas E.U. quien define una marcada influencia capitalista y le vende el american dream al resto del mundo, no dejando claro, que este es para cualquiera, pero no para todos, la U.R.S.S. en su momento influenciando también a varios países con su socialismo, países que tuvo mucho tiempo como aliados, pero justo en este punto de separación, los países europeos para su reconstrucción y por perdidas de guerra tenían que ser simpatizantes de la política capitalista de Estados Unidos, y por otro lado, debido a la cercanía de la U.R.S.S. y su influencia, y teniendo una población devastada a la que por obvias razones no les iba muy bien la política capitalista, debieron apoyar y garantizar a esta población un verdadero bienestar social, procurando garantizar educación, trabajo y seguridad social, para todos sus nacionales, creando así en conjunto entre países europeos lo que hoy conocemos como el modelo social europeo, modelo al que con el paso del tiempo más países europeos se allanaron, y modelo que incluso tiene una marcada influencia en países sudamericanos como Uruguay, Chile o Argentina, que tienen un marcado mejor nivel de bienestar social que México, esto claro debido a que el modelo que sigue México no esta muy claro, ya que parece estar delegado a manos del capital privado.

De años recientes a la fecha se ha puesto en tela de juicio la efectividad del modelo social europeo, incluso algunos analistas lo catalogan como una de las principales causa de la crisis europea, sin embargo a mi manera de ver las cosas, este modelo es la política económico social más humanista en la que se puede un país basar, si bien en tiempo de crisis puede ser ampliamente criticada, les ha funcionado a varios países europeos y americanos para tener una población estable y con un adecuado nivel de educación, salud y de empleo, el modelo social europeo internamente se podrá dividir en cuatro corrientes, la continental, la nórdica, la anglosajona y la mediterránea, pero finalmente tiene un objetivo común, que es la responsabilidad directa del estado para crear las políticas de bienestar social para la población en general.

Mi propuesta para un país tan ajeno a la influencia pro social europea como México empezaría por el sector trabajo, necesitamos sanear internamente nuestra economía y hacer de México un país mas atractivo para la inversión, necesitamos introducir el modelo de flexiseguridad laboral a nuestra legislación, abaratar los despidos para que cada empresa tenga la facilidad de contar con los trabajadores que más se adecuen a sus necesidades con el fin de incrementar la productividad, así como sus ingresos. Desde el rubro tributario, consideraría un incremento al impuesto al consumo, de tal manera de tener una mayor recaudación generalizada, así como incentivos para la creación de fuentes de trabajo, y  bajo el rubro de la seguridad social consideraría importante crear un verdadero seguro de desempleo subsidiado por el estado, esto como contraparte al abaratamiento del despido, y con los excedentes de recursos que supondría el incremento al impuesto al consumo, claro que tendría que ser un buen incremento, y eso solo para comenzar a estructurar un verdadero modelo de bienestar social.


Valente Quintana