Es innegable la gran problemática
global del siglo XXI que implica el desempleo, fenómeno generalizado alrededor del mundo ,
pero como bien sabemos, o al menos imaginamos es de mayor acentuación en ciertas
zonas caracterizadas por economías emergentes, como bien pueden ser ejemplos de
estas zonas, Asía, África, América Latina, o las zonas mediterráneas o Ibéricas
de Europa, en las cuales su población cuenta con graves circunstancias debido a
la falta de empleo, así mismo son
inmersas por la misma carencia de
empleos formales en los llamados subempleos propios de la economía informal,
pero; ¿Cuál es el motivo de estas circunstancia?, ¿Es un fenómeno realmente
complejo de someter a análisis?. Yo considero que no lo es.
Desde el punto de vista del
sistema económico que tenemos y que caracteriza a nuestra generación, y a
muchas precedentes, que es el capitalismo neoliberal globalizado, vámos, desde
el simple capitalismo desde su forma más burda, el principio de libre mercado,
o la ley de la oferta y la demanda, comienzan y se basan en el “hacer más con
menos”, aterrizándolo de una manera práctica al tema que nos ocupa, podemos
traducirlo en desarrollar una mayor producción de bienes o servicios con la
cantidad mínima requerida de factor humano, y esta práctica viene desarrollándose
sistemáticamente atreves de la historia moderna, basta con remontarnos a
mediados del siglo XXVIII y principios del siglo XIX, con la revolución
industrial, y los abusos y desventajas que trajo a los trabajadores de la época,
al ser desplazados de sus tareas por maquinaria moderna, y no requerir de tanta
especialización, razones que abarataron la mano de obra y provocaron una
encarnizada competencia laboral, por colocarse en los cada vez menores puestos
de trabajo.
Fue justo la revolución industrial
la fuente de provocación para analizar otros sistemas económicos, que a la
postre desaparecerían casi en su totalidad, como el socialismo y el comunismo originados
por grandes pensadores de la época, como Marx o Engels, que se dieron cuenta de
primera mano de los problemas que enfrentaba la sociedad con el sistema
capitalista a raíz de la revolución industrial, sin embargo a esos problemas
nunca se les encontró el antídoto para reducir los efectos negativos, sino muy
al contrario se han venido acentuando con el paso del tiempo, ya que solo a
ciertas esferas les beneficia este
sistema, por lo que a lo largo del tiempo lo hemos adoptado como un sistema
coasi-natural del deber ser o status quo.
Lo hasta ahora narrado en
este artículo, que cabe señalar con el riesgo en caer en lo evidente que se
trata de un artículo de opinión, deberá de ser contrarrestado con otra
singularidad sobre todo de estas zonas como desde la que escribo, Latinoamérica,
que es la falta de planeación social de la natalidad, porque aunque bien pueda
pensarse en que son circunstancias diversas, considero seriamente que el
desempleo también tiene una corresponsalía natural con la planeación de la
natalidad de una zona, y no hablo de crear norma como es el caso de China acerca
de este derecho natural que tienen las personas de procreación, sino creo
firmemente que podría ser una tarea de política social concientizar a la
sociedad acerca de la corresponsabilidad que tiene la natalidad con el
desempleo, esto para llevar a cabo una planeación acerca de si traeremos más
seres humanos al mundo, o cuantos sería prudente traer, ya que volviendo al
punto de nuestro párrafo anterior, la tendencia de la humanidad es de sumar
habitantes, sin embargo la tendencia de la economía es de restar puestos de
trabajo, y repito, no es un accidente o un error este fenómeno, sino es la
propia naturaleza del sistema económico adoptado, en mi opinión, y como simple
sugerencia no creo que sea prudente traer más de dos habitantes al mundo, y eso
pensando estrictamente en compensar la futura perdida de los padres, tal vez
pensando en dejar dos recursos humanos, para suplir dos recursos humanos, y eso
viéndome benevolente, ya que si actualmente tenemos un problema de una gran
población, sería mejor aún tener solo un hijo con el afán de reducir paulatinamente
la población en búsqueda de un equilibrio.
Otro punto que debemos de
analizar, y es bastante notorio en mi país, México, es que contamos con un aparatoso
superávit de profesionistas, pero profesionistas provenientes de Universidades
privadas con los más bajos niveles de calidad educativa, ya que las autoridades
educativas han facilitado de sobremanera los requisitos para impartir carreras
universitarias, por programas sumamente cortos y flexibles, y ante un entorno económicamente
global, es preocupante e indispensable el tomar conciencia acerca de que estos
profesionistas poco preparados y de bajo nivel van a encontrar una competencia
ya no de un solo país, sino de todo el mundo, lo que en automático los ubicara en
desventaja, si seguimos sin ofrecerles una educación de verdadera calidad, por
lo que no es raro encontrarnos a jóvenes profesionistas ejerciendo trabajos
ajenos o poco relacionados con los estudios que pueden acreditar.
Como siguiente punto y sin
salirnos del tópico demográfico, es importante también analizar una causa
derivada de los avances de la medicina, y esto se refiere a que el nivel de
vida de la población es cada vez mayor, y lo preocupante no es esto, sino que
las políticas sociales de economías emergentes, es la mayoría de veces
insuficiente para proporcionar planes de pensión por vejez o viudez, provocando
que los adultos mayores no busquen una jubilación, por no poder sustentar sus
necesidades básicas con las insuficientes pensiones asignadas, y por lo tanto
no vislumbrar una vejez digna, por lo que los adultos mayores se ven obligados
a seguir inmersos en la vida laboral, congestionando de esta manera la vía
natural y progresiva que debe de tener un sano mercado de trabajo.
Por si fuera poco, habría
que analizar otro fenómeno más ya tocado tal vez en artículos anteriores de mi autoría,
por lo que no profundizare demasiado en él, pero si se hace necesario recordar
que el empleo en su 85% se encuentra generado por la pequeña y mediana empresa,
a la que no se le dan los estímulos suficientes para que se considere atractivo
para los posibles inversionistas arriesgar su capital y crear con esto un mayor
número de empleos, lo cual siempre resulta bastante intrépido para quienes deciden
arriesgar y fomentar la economía del país, teniendo que sortear el complejo
zigzageo legal por lo menos en lo referente a las legislaciones laborales, de seguridad
social y tributaria, riesgo que resulta bastante desalentador para quien ponga
a producir sus ahorros.
Por todo lo narrado
anteriormente, efectos y circunstancias
que se encuentran a la vista y entendimiento de todos, considero que un medio
para buscar un equilibrio económico y sanear paulatinamente el mercado de
trabajo, es que se tomen políticas y campañas de concientización acerca de la procreación,
no basta con tener los medios para darles sustento y manutención a determinado
número de hijos, ya que tarde o temprano esos hijos se encontraran frente a
frente con el mercado de trabajo, que el día de hoy nos ha demostrado que no es
suficiente para todos.
Lic. Valente Quintana Pineda
Profesor de derecho del
trabajo en la Universidad Intercontinental, licenciado en Derecho con estudios
de Postgrado en Derecho del trabajo por la Universidad de Castilla La Mancha,
España, así como de Derecho procesal del trabajo por la Facultad de derecho de
la UNAM, www.valentequintana.com