En México es común referirnos con frecuencia a la burocracia, y en gran medida lo hacemos despectivamente, es por eso que en esta ocasión decidimos tocar un poco de este tema para aclarar algunos puntos importantes de ese sector, así como entender en gran medida las diferencias que radican entre un burócrata y un trabajador al servicio de la iniciativa privada.
La burocracia como concepto es el sistema organizacional que presta sus servicios a la administración publica del estado, y estos en cuanto a su factor humano tiene dos variantes, la primera, el personal basificado, que tiene casi asegurado y protegido su empleo por el resto de su vida, o por lo menos hasta que actualicen el supuesto para tener derecho a una jubilación, y por otro lado tenemos al personal de confianza, que a contrario sensu del primero, no tiene seguridad o estabilidad alguna en el empleo, estando en el mejor de los casos en permanencia de un puesto por el termino que dure la administración superior responsable de su nombramiento, ya que no cuentan con ninguna garantía que les asegure o proteja su fuente de ingresos.
Es común originar razonamientos críticos por parte de la población en general en contra del sistema burocrático a todos sus niveles, y gran parte de esta critica se origina por la inestabilidad, o falta de ella, según el caso en especifico, en su mayoría el personal de base, o sindicalizado a adquirido en ciertas dependencias y áreas de atención al publico pésima fama ganada y comprobada debido a la ineficiente atención a los usuarios, y claro es entendible mas no justificable, que en una dependencia donde no tienen que agradar al usuario para garantizar su subsistencia sea descuidado por completo ese aspecto, originando así un ambiente generalizado en los servidores públicos de apatía y mala atención, ya que tienen garantizado su puesto de trabajo de por vida, y al ser la mala atención al publico un cáncer tan arraigado, contagia de inmediato a cualquier nuevo elemento que se disponga a prestar su servicio en la dependencia.
Por otro lado, si hablamos de servidores públicos catalogados como personal de confianza, podemos apreciar que adquieren un modus vivendi y operandi tan particular como sistemático, todas sus acciones van encaminadas a la integración de células con intereses políticos de apoyo, dejando a un lado por completo el interés a la materia que corresponda a su área, por lo general temporal, poniendo toda su atención en garantizar una nueva posición en la siguiente administración, y así sistemáticamente.
El sistema burocrático, es radicalmente diferente al sistema que podemos observar en la iniciativa privada, ya que en el primero, en realidad no dependen de llegar a objetivos o metas establecidas, en la iniciativa privada todas las piezas deben de operar en conjunto para llegar a ciertos objetivos de los que dependerá la subsistencia de una empresa, por lo que todas las tareas deben de llegar a metas previamente establecidas, y de las que siempre habrá intereses de particulares, por lo que es importante operar de la mejor manera y contra resultados, por otro lado en la administración publica, no hay intereses particulares de que una dependencia tenga los mejores resultados, si después de todo a la llegada de una nueva administración se cambiara a un servidor publico de posición, y nuevamente nos podemos explicar, más no justificar, que un servidor publico de confianza, tenga que garantizar una próxima posición para poder subsistir, en realidad el punto fino y delicado de este artículo es la búsqueda de seguridad laboral de los empleados públicos en puestos de confianza, para garantizar que el desempeño de ese empleado no se vea afectado por situaciones ajenas al área, como el hecho de la llegada de una nueva administración, toda vez que como fácilmente podemos advertir, no cuentan con la minima estabilidad laboral, no obstante ser un principio rector de la Organización Internacional del Trabajo.
Si la estabilidad laboral, o desarrollo en el empleo de un servidor público de confianza dependiera de los resultados obtenidos en el área que dirigen, tal como lo observamos en la iniciativa privada, esto se traduciría en una mejora constante desde el personal de base, ya que este también vería en su entorno laboral una oportunidad de desarrollo, sin embargo el sistema burocrático tan añejo y arraigado de nuestro país reduce a utopía el anhelo de un nuevo modelo.
Lic. Valente Quintana Pineda
Consultor en relaciones laborales
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