Derecho del trabajo y relaciones laborales

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lunes, 5 de septiembre de 2011

TRABAJO INFANTIL, SERIO PROBLEMA; Por Valente Quintana


Una vez más escribo unos cuantos párrafos, en esta ocasión a manera de protesta, ya que analizando todos los artículos anteriores, hasta ahora damos atención a un tema de singular importancia y profunda preocupación, y es el que se refiere al trabajo infantil, es tristemente común encontrar a niños realizando trabajos peligrosos e insalubres cada vez con mayor frecuencia, o cumpliendo largas jornadas de trabajo muy por encima de la ley, y por supuesto, sin los mínimos parámetros legales, tanto en el aspecto laboral, como en el aspecto de derechos humanos, atentando muchas veces contra la dignidad humana de niños en su mayoría de países pobres o en vía de desarrollo.

Desde principios del siglo pasado es un tema de singular preocupación para la comunidad internacional, así como un tema al que le han dedicado especial empeño organismos como la Unicef o la OIT, decretando el 12 de Junio como el día internacional en contra del trabajo infantil, sin embargo pasa el tiempo y en vez de disminuir los porcentajes de niños trabajadores, parecen aumentar, y si bien es cierto este porcentaje es en su mayoría acumulado en países pobres, también es cierto que los países que sustentan las mejores economías a nivel mundial son compradores de los productos que se realizaron con manos de infantes desprotegidos y sobre explotados.

Analizando las causas principales por las que se deriva este fenómeno, encontramos en primer lugar la marginación social que se vive en muchos países, así como la extrema pobreza que obliga a los menores a apoyar a sus padres en la obtención de recursos, ya que con los recursos que puedan acumular los jefes de familia no basta para cumplir con las necesidades básicas de cualquier núcleo familiar, como la alimentación, vestido, y habitación, lo que provoca que personas en edad infante salgan a las calles a obtener recursos intentando cubrir dichas necesidades. Otra de las causas por la que los niños se pueden encontrar ante un panorama laboral, son las tantas redes de explotación operadas por la delincuencia organizada, donde ponen los servicios de infantes al servicio del mejor postor, ofreciendo diversos tipos de servicios, que van desde venta de productos en la vía publica como pueden ser dulces o diarios, hasta servicios que puedan atentar contra la seguridad o la dignidad humana del infante. Es más común encontrar este tipo de situaciones con niños que perdieron a sus padres ya que de alguna manera tienen que encontrar el modo de ganar dinero para incluso cubrir necesidades tan básicas como su alimentación, ya que en muchos países no se cuenta con buenos programas de ayuda social, o simplemente no alcanzan los recursos asignados a estos programas para cubrir las necesidades del total de la población infantil desprotegida, o incluso donde ese tipo de programas no son ni contemplados por la carencia económica por la que atraviesan diferentes países.

Según reportan organismos internacionales son ya más de 346 millones de niños sobre explotados laboralmente a nivel mundial, y el 70% de esta cifra presta sus servicios al sector agrícola, donde los niños son sometidos a largas jornadas de trabajo, en su mayoría ante climas extremos, y operando herramientas de trabajo que pueden poner fácilmente en peligro la seguridad del niño trabajador.

El tema del trabajo infantil toma una especial preocupación en países que atraviesan conflictos bélicos, ya que los niños son utilizados como carne de cañón y enviados al frente de batalla con armamento que aprendieron a utilizar instantes previos, de esta manera desperdiciando la vida de miles de niños a los que no se les dio la oportunidad de crecer, y a los que se les arrebato su niñez al enviarlos al matadero con fusil en mano perdiendo por completo la inocencia característica de cualquier niño al jugarse literalmente la vida a ráfaga de metralla.

En otros países latinoamericanos hemos encontrado con preocupación que los niños son utilizados en trabajos que ponen en peligro frecuentemente su integridad física y su seguridad realizando trabajos en la industria minera, o trabajando de cerca con productos químicos, con maquinaria pesada o en el sector de la construcción, donde no toman las medidas básicas de seguridad e higiene en el trabajo, o peor aún realizando trabajos que atentan directamente contra la dignidad humana en redes de prostitución o de pornografía infantil operadas como habíamos comentado por células internacionales del crimen organizado.

En fin, vemos que tenemos un verdadero problema laboral internacional, pero más que eso de humanidad, a lo que la Organización Internacional del Trabajo en su afán  normativo internacional, redacta su Convenio número 138 referente a la edad minima de admisión al empleo donde permite el empleo a partir de los doce años de edad, bajo la condición de no detener la formación académica obligatoria, lo cual a mi muy particular punto de vista no basta, y sin medios coercitivos por parte de la OIT, muchos países incluso con dicho convenio ratificado pasan por alto este tratado, y si bien sus legislaciones laborales hablan al respecto, en la practica no penalizan este fenómeno.

Los niños son niños, y tienen el derecho pleno de disfrutar de su niñez, de jugar, de reír, de no tener más preocupación que una entrega de calificaciones escolares, tienen derecho a acumular conocimientos académicos, a forjar un carácter propio derivado en un entorno de cariño familiar. ¿Quien no añora esa etapa?, donde todo era blanco o negro, bueno o malo, y andábamos por el mundo de la mano de una madre o un padre que te enseñaban las cosas buenas de la vida, vayamos en contra de todo aquello que atente contra nuestros infantes, es muy egoísta y muy ciego no ver que por más trillado que suene, son quienes llevaran las riendas del mundo el día de mañana, los niños no tienen por que tener problemas y obligaciones de adulto, veamos permanentemente por el bienestar infantil y traigamos al mundo niños teniendo nosotros la conciencia plena de la obligación que tenemos con ellos y con la sociedad de formar buenas personas, personas que el día de mañana tengan un buen criterio basado en valores y educación que den dirección a un panorama mundial ampliamente mejorado.

Lic. Valente Quintana Pineda
Consultor en relaciones laborales




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